Todo héroe tiene una historia extraordinaria, y esto es aún más cierto para nuestros héroes del hidrógeno. Esta es la historia de Laurence Grand Clément, fundadora de Persee e implicada en el mundo del hidrógeno desde hace 10 años.
Tuve una carrera clásica tras mis estudios en X y en Insead, con puestos de responsabilidad en grandes grupos en Francia y en el extranjero. En 2012, decidí cambiar de rumbo participando en la construcción de un laboratorio de transición energética cuya misión era pensar en la energía de forma global, salir de la visión de silo por tipo de energía, para aportar nuevas soluciones transversales y sostenibles.
En este laboratorio, OPEL, uno de los miembros activos, acababa de poner en la carretera su primer vehículo H2, el Ampera, y, si no me picó el hidrógeno, al menos me puso en el camino de esta energía para la movilidad.
Como parte de este grupo de trabajo, me di cuenta rápidamente de la necesidad de pensar en el hidrógeno de forma sistémica, y fue entonces cuando creé mi propia empresa, Persee. Enseguida encontré un cliente y financiación para apoyar el desarrollo de nuestra primera herramienta TedHy, ¡y fue entonces cuando realmente me mojé los pies en el mundo del hidrógeno!
Mi primer cliente fue Enertrag, un fabricante de electrolizadores, que utilizaba la electrólisis para almacenar energía en sus parques eólicos. En Alemania Oriental, a veces se veían obligados a desconectar los aerogeneradores de la red, lo que representaba una pérdida neta de producibilidad de alrededor del 20%. En aquel momento, disponían de la tecnología para producir hidrógeno a partir de este excedente de energía eólica, pero aún no habían desarrollado ningún uso para él (offtakers). Así que intentaron pensar en la parte posterior de su producción, y Persee pilotó uno de estos proyectos para desarrollar hidrógeno renovable a partir de la electricidad que no podía verterse a la red eléctrica.
En Persee, adoptamos un enfoque sistémico para el despliegue de infraestructuras de hidrógeno. En concreto, ayudamos a responder simultáneamente a las siguientes preguntas ¿Dónde deben desplegarse las infraestructuras de hidrógeno? ¿Qué tipo(s) de infraestructura(s) (tecnología, tamaño)? ¿En qué plazos? ¿A qué escala de infraestructura (a corto y medio plazo)? Las dos principales dificultades para responder a estas preguntas son el contexto tecnológico en constante cambio y la incertidumbre del mercado. Nuestro papel es ayudar a los responsables de la toma de decisiones, con nuestra experiencia 100% en hidrógeno y nuestra capacidad para modelizar con gran detalle cómo funcionan las tecnologías del hidrógeno, la logística del hidrógeno, etc..
Lucho" contra quienes pretenden perpetuar el statu quo del carbono, favoreciendo la valoración de los activos contaminantes existentes, en lugar de reinvertir sus considerables márgenes en soluciones de energía limpia, aunque ofrezcan rendimientos financieros más inciertos. No sé si lo que más me horroriza es la codicia o la falta de humanismo. Dudo...
En mi opinión, el hidrógeno forma parte claramente del futuro. Pero me gustaría recordarte que primero debemos trabajar en : la sobriedad, luego la eficiencia, después las energías renovables, y sólo entonces el hidrógeno renovable encontrará su lugar. Lo que es seguro es que un futuro de carbono cero sin hidrógeno será muy complicado, y un futuro sin carbono cero también será muy complicado.
Robin de los mares, robaría los ingresos del petróleo y el gas en su fuente y los redistribuiría como perlas flotantes de los mares (islas formadas por turbinas eólicas y producción de hidrógeno).